lunes, 8 de enero de 2007

La mentira de la comunicación, es la mentira del poder.

¿Cuál es el mensaje del poder cuando nos muestra con inmensa fuerza las reglas que rigen el actuar de la humanidad?
La realidad es muy clara y solo tiene que ver con la preservación del poder y el poder sólo tiene que ver con la firme visión de los que desprecian la diversidad humana y sólo quieren la hegemonía de la cultura.

Dentro de los espacios mas reaccionarios de las sociedades, se hace aparecer la gente mas conservadora, o también llamada “ultra conservadora,” que se ha caracterizado por vivir a costa de lo que ellos mismos denominan como la escoria social, esta gente que sustenta el poder económico, político y militar han maltratado y humillado a esta humanidad de la que tanto se han servido, mostrándose como un espectro distinto al de la raza humana o como ellos mismo se han denominado (razas superiores).

Siendo la mentira más grande que ha inventado este grupo de poderoso, gracioso parece que la otra parte de la humanidad, los no poderosos, hemos creído fielmente esta mentira lográndola hacer parte de una cultura que genera miseria.
¿De que forma lograron, estos monstruos hacernos creer que en verdad son diferentes y por tal razón sustentan el poder?

Al principio se manejaron con la mentira de vendernos un dios blanco, que castigaba a quien no respetara al que tenían otro color de sangre, o sea, ellos mismos los de sangre azul; posteriormente reafirmaron esta postura imponiendo miedo a partir de la fuerza y las ejecuciones. Uno de sus mayores argumentos, la cristianización, misma que en los países de América latina acabó con la mayoría de los pueblos originarios, masacrándolos, desvalorizándolos y dejándolos en el olvido. Que decir en estos tiempos contemporáneos donde el poder ha logrado abarcar todos los espacios colectivos para mantener su hegemonía, usando como herramienta básica la comunicación, misma que usa a su antojo sin dar ni un solo espacio, logrando mantener vivo su poder colonialista e imperial.

. Bajo esta cosmovisión la sociedad actual ha aceptado el término de comunicación tal cual el poder lo ha definido desde sus esferas, siendo que el auténtico sentido de la palabra comunicación, debe por necesidad buscar por encima de todo, la emancipación de un individuo de toda coacción ética, política, social y cultural.

Proudhon, por ejemplo, una vez afirmó que él dividiría y subdividiría el poder hasta que, de hecho, dejara de existir. La forma de dividir el poder la podemos basar en la comunicación. Pero en la comunicación del pueblo hacia el pueblo, “Comunicación popular.” esta idea de Proudhon, causó un sin fin de críticas de carácter científico, al comparar el gobierno como el único ejemplo de poder, sin embargo el poder ha sido el dueño absoluto de cualquier tipo de gobierno conocido hasta ahora, con excepción de un legitimo autogobierno.

Las trágicas consecuencias de esta ilusión, con la que ha cargado la comunicación desde sus comienzos, pueden ser mejor entendidas examinando el curso de la historia y sus más grandes vejaciones. Mas ahora con el nuevo entretenimiento de la comunicación de la deformidad de la guerra (guerra televisada) formas de imponer miedo a través de lo que conocemos como medios de comunicación. Pero comunicación ¿de quién? o ¿para quién?. Los revolucionarios sociales o luchadores sociales, lejos de eliminar el problema del poder de la comunicación desde su campo visual, deben tratar el problema de cómo dar al poder de la comunicación una forma emancipatoria anti-institucional concreta. No decir nada en cuanto a esta cuestión y esconderse detrás de ideologías jubiladas que son irrelevantes al presente desarrollo capitalista, es simplemente, jugar a la revolución e incluso burlarse de la memoria de los incontables militantes que lo han dado todo para llevarla a cabo.

Nosotros como revolucionarios o luchadores sociales concebimos los medios de comunicación popular como los que han llevado a cabo una transformación en forma de acción directa. A diferencia de los llamados disturbios, lanzamientos de piedras, y violencia que muchos activistas hoy alaban como forma de “acción directa”, para nosotros este término quiere decir actividades constructivas y bien organizadas, directamente relacionadas con la administración de asuntos públicos de carácter ecológico-social. Acción directa, bajo nuestro punto de vista, significa la creación de una idea crítica de la sociedad, la formación de proyectos cooperativos populares y la formulación y promulgación de lineamientos autogestivos, considerando un compendio de “autonomía” o “voluntad” individual en donde la industria de la comunicación popular predomine frente a la mentira del poder y sus superestructuras de comunicación dirigida.

La comunicación popular tiene que partir de la base de que se tendrían muchas más oportunidades si la gente reflexionase sobre los problemas y cuestiones que les propone, para luego organizarse en concordancia. La confianza de de este tipo de comunicación en cuanto a que lo más razonable para quienes conocen esta propuesta es seguirla, por lo que hace que una de sus prioridades sea seguir difundiéndola. Para ello, la educación en todos los aspectos juega un papel importante en la aspiración de la comunicación popular como medio de formación y aprendizaje para construir un mundo mejor. Puede que el saber no nos haga felices, pero el conocimiento nos hará estar seguros que la ignorancia no lo logrará. Por eso es absurdo presionar a la gente con sermones de catequista, disertaciones sabihondas, o presunciones de caudillo, pues más que meros seguidores, se desean individuos que piensen, conozcan, critiquen y generen alternativas para un mundo en donde el poder no sea mas que un simple concepto no representativo para nadie. Hay pocas cosas peores para un comunicador en pie de lucha que presentar la comunicación como una doctrina de certezas absolutas. El comunicador revolucionario no quiere predicar, sino hablar con la gente y de esta forma abolir la mentira engendrada de la superestructura comunicadora de los intimidadores del poder.

La base de esta comunicación popular, proponemos sea la autogestión y más aún la autogestión generalizada, haciendo de esto un posibilidad real ya que la explotación y la dominación, con la consecuente miseria y alienación, producen resistencias y el deseo de otra sociedad que exprese otras vías de organización y de relación entre los seres humanos. Ciertamente la ruta de esta alternativa social no es tan corta y lineal como algunos piensan, la misma historia nos muestra lo interiorizado que está en todas las clases y grupos sociales el fenómeno de la subordinación y alienación, mas aún en nuestra sociedad masificada y paralizada por la ideología del consumo y del espectáculo. El individualismo posesivo se dice que tiene raíces culturales y hay quien dice socio-biológicas profundas y trae como consecuencia explotación, muerte, guerra y alienación subordinada al poder de opresión.

Citamos a Pedro Kropotkin
“Apoyo mutuo”
“En ningún modo ha desmentido la investigación científica, tanto en el mundo animal como en el humano uno de los factores decisivos de la evolución de las especies, que ha sido la cooperación entre sus miembros.”

La cuestión está en saber hasta qué punto las sociedades humanas son capaces de llevar su proceso de aprendizaje histórico y de re-creación de las estructuras sociales, o si la fuerza conservadora de la inercia mezclada con las tramas autoritarias del poder, puede congelar la creatividad e insatisfacción humana que recorre la historia. El camino de la comunicación en defensa de los derechos mas básicos de la humanidad es el de la libertad, entendida esta como la superación de la dependencia absoluta a la naturaleza y a la imposición de doctrinas de sumisión, así radicalizar nuestras acciones a la construcción de la autonomía. Esa senda que los grupos sociales y los individuos buscan a través de la historia, exige el fin de los amarres exploratorios, de la dominación y de la alienación a direcciones antihumanas, potenciando una relación de respeto auténtico y profundo entre el individuo y los que lo rodean.

Por lo tanto concluimos que:

Es tal el reto que debemos superar los movimientos que luchamos por un cambio radical, que si no queremos perdernos en el atajo de las concesiones con que el sistema de poder ha engatusado a sus cerdos dentro del sindicalismo y los partidos políticos, socialistas o de ultraderecha, y que en su mayoría forman clientes satisfechos de la explotación y dominación, debemos de construir grandes organizaciones autónomas con relación al Estado, al Capital o cualquier otra instancia de poder autoritario. Esto quiere decir que debemos crear una libre asociación por afinidad y también instrumentos de coordinación para el cambio social. Sólo que esa concepción no pasa por la mera adopción de algunos vagos principios teóricos, sino que impone otras formas de asociación que apuntan a un modelo igualitario, autónomo y legitimado ante todos, por la acción de todos, un micro-modelo de lo que sería el proyecto de la razón utópica para la sociedad global.
Un modelo de participación directa e interactiva donde la delegación sea hecha teniendo como meta tareas determinadas y durante lapsos limitados, este mismo debe rechazar la burocratización y autoritarismos administrativos entumecidos en los formalismos, contribuyendo al enriquecimiento cultural y social de cada participante, creando una cultura alterna y de resistencia, pilar de las nuevas relaciones colectivas, condición previa para la re-creación de la estructura social con nuestros medios de comunicación popular.


Unión de Trabajo Autogestivo
27 abril 2006

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