sábado, 16 de junio de 2007

Precisiones para un programa


1. A estas alturas es necesario precisar las relaciones y diferencias entre las nociones de gente, pueblo y sociedad civil, manejadas indistintamente al inicio de la primera parte de Los peatones de la historia. Este documento inicia una historia crítica de los conceptos que al no precisarse, quedan como nociones con toda la vaguedad que esto implica. Sociedad civil remite a los sinpartido movilizados después del cese al fuego unilateral del gobierno de Salinas. El concepto conserva de sus orígenes en la definición del estado-nación burgués del siglo XVIII europeo, la característica de ser contraparte del poder del estado, como posición moral opuesta al autoritarismo y a la arbitrariedad. Sobre esta base, la soberanía propia del pueblo como masa de los ciudadanos pobres, disputa la representatividad de los gobiernos. El pueblo construye su identidad en esta disputa de la soberanía y la representatividad. La gente carece de toda definición y se mueve según el estímulo del momento, sea este político, social o de la industria del espectáculo.

La trayectoria del EZLN prueba la imposibilidad de mantenimiento de la sociedad civil en el umbral de la política, traspuesto con su oposición al lopezobradorismo y con las festinadas repulsas a las vanguardias revolucionarias y al equilibrio de fuerzas, aclaradas como reproducción del vanguardismo sin base social y la renuencia a romper el equilibrio de fuerzas impuesto por el Estado. La anulación del Frente Zapatista de Liberación Nacional aún sin sustituto, prueba también el límite de la sociedad civil comprometida a una lenta construcción del Programa Nacional de Lucha del que se excluye a la Promotora Nacional contra el Neoliberalismo y al Frente Sindical por sus relaciones partidarias, a cambio de admitir a organizaciones con el nombre del socialismo y de los pronunciamientos contra la imposible humanización del capitalismo, del autonomismo comunitarista dentro de él y de la mitificación de héroes como Villa y Zapata. LA SOCIEDAD POLÍTICA TIENDE A SER LA CONDICIÓN DE POSIBILIDAD DE UN PODER POPULAR NO SÓLO ANTICAPITALISTA NI RESPETUOSO DE LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO, tal como prueba el desarrollo de la APPO en la situación difícil del diálogo y negociación al procurar dimensión nacional y el sostén de la soberanía de su asamblea. Tal es la respuesta a la intrusión del sindicalismo charro de difícil superación.

2. La soberanía depositada en el pueblo o emanada de él, está consagrada en toda Constitución política burguesa con la salvedad de la representación parlamentaria y la división republicana de poderes. La historia del poder popular contrapone a esta contradicción, la soberanía de las asambleas y en los casos radicales, el derecho a la autodefensa y al ejercicio de la violencia atribuida en exclusiva al estado-nación por las constituciones políticas burguesas. En la discusión práctica de este punto, el mandar obedeciendo, se privilegia la horizontalidad constantemente probada como imposible. Cada asamblea tiene una presidencia, relatores, invitaciones expresas o no y toma de decisiones que ciertamente, tendrían que perder todo carácter caudillista. EL PROBLEMA ES LA ARTICULACION DE LA HORIZONTALIDAD CON LA VERTICALIDAD ORGANIZATIVA si es que se quiere aprender de la historia de las asambleas populares, sus comisiones, sus brigadas, sus acuerdos por consenso, la vigilancia necesaria para el cumplimiento de acuerdos con registro, archivo y evaluación y con el control estricto de los trabajos que no por voluntarios pueden ser dejados a la voluntad azarosa. La APPO da ejemplo de formación de cuadros sobre la marcha, de una dirección siempre provisional, de los topiles para hacer cumplir los consensos y vigilar el trabajo de las comisiones. La soberanía que así se ejerce requiere de una representatividad dinámica, dialéctica, con proyectos sometidos a plazos y a evaluaciones periódicas.

3. El primitivismo anarquista de rechazar toda autoridad y toda institucionalidad, tiene que ser confrontado con los proyectos de poderes confederados y de formación simultánea de instituciones revolucionarias propias, tal como hizo el magonismo con el Partido Liberal Mexicano, nombrado así para apropiarse de la tradición histórica popular antiimperialista y por los clubes y periódicos combativos. La práctica literaria de Ricardo Flores Magón y sus obras de teatro en especial, son señales de la necesidad de una cultura revolucionaria que remita a instituciones populares y a procesos de significación y simbolización que permitan la reproducción cultural del proyecto económico-político y social. Lo que hoy se deja al espontaneísmo de los artistas o a la instrumentación de figuras de la industria del espectáculo, es contradicho por los trabajos de intelectuales y trabajadores de la cultura orgánicos que tendrían que ponerse en relación de necesidad con las instituciones soberanas y representativas del poder popular en construcción.

4. Los proyectos de autonomía y autogestión, limitados en su perspectiva histórica según el discurso del Delegado Zero en Cañada Honda en Aguascalientes, requieren precisión territorial confrontada con los derechos constitucionales de los pueblos al fin de cuentas sometidos a las necesidades del estado-nación consagrador de la propiedad privada y de los derechos de los individuos. La corrupción de los tres poderes republicanos ha dado lugar a una privatización constante de todo lo que antes del régimen neoliberal escalado por el gobierno de Salinas, fueron derechos de los pueblos y comunidades a la tierra y sus frutos. SUPONER QUE ESTA ORIENTACION CAPITALISTA PUEDE SER REVERTIDA CON REFORMAS CONSTITUCIONALES, SIGNIFICA OCULTAR EL PODER DE LA GLOBALIZACIÓN CAPITALISTA Y LA URGENCIA DE OPONERLE PROYECTOS ECONÓMICO-POLÍTICOS FUERA DEL CONTROL ESTATAL.

5. Pareciera que la Otra Campaña procuraba dimensión nacional con el encuentro de la causa indígena con la de otros movimientos sociales. Pero su recorrido norte para regresar al centro y al sur con el Plan La Realidad-Tijuana de construcción del Plan Nacional de Lucha, parece preferir los consensos sociales, civiles y pacíficos, con plazos previstos para fines del 2007. Sobre la marcha, las definiciones, las alianzas y las posiciones políticas, se irían procesando. ESTO EXIGE LA REIVINDICACION DE LA CRITICA HISTORICA Y DIALECTICA PARA EVITAR LA MARCHA PRAGMATICA SUJETA A INTUICIONES DIRIGENTES Y ORGANIZAR EN CAMBIO, AL MENOS, UNA AGENDA DE CONFRONTACION CON EL ESTADO-NACION CAPITALISTA Y SU LUGAR EN LA GLOBALIZACION.

6. Sobre las bases anteriores, “las características fundamentales de la Otra” han sido hasta ahora el fomento de otro tiempo y otros espacios distintos a los electorales del estado, pero sin las precisiones necesarias para un avance definitivo. La estructura planteada en el punto 2 del documento firmado por la Comisión Sexta en septiembre de 2006, hasta ahora ha privilegiado a las asambleas reconocidas en Los peatones de la historia, con la manipulación de las organizaciones convocantes en el Distrito Federal. ESTO EXIGE DAR PASO A COMISIONES INTERTERRITORIALES CON POCO APRECIO A LOS ESTADOS FEDERADOS DE LA REPUBLICA, PARA DAR LUGAR A UN TRABAJO QUE PUEDA CULMINAR EN UN CONGRESO AL FINAL DEL RECORRIDO DE LA OTRA CAMPAÑA.

7. “A quien apoyamos, con quien nos unimos” del punto 3 exige la caracterización solicitada en el punto 4 como “lugar de las diferencias” LO CUAL EXIGE PRECISAR LA FASE HISTORICA ACTUAL COMO TRANSITO AL SOCIALISMO Y EXTINCIÓN DEL ESTADO-NACION SOBRE LAS BASES DE UN PROYECTO NACIONAL E INTERNACIONALISTA, A LA PAR DE UNA CARACTERIZACION DEL ESTADO QUE ABANDONE LA ESPERANZA DE SU REFORMA CONSTITUCIONAL PARA EL BIEN DE TODOS. Los compañeros y compañeras del punto 5 se definen por y en los puntos anteriores y exigen poner en crisis la noción de ADHERENTES COMO EL PEGARSE A LA DECISIÓN DE UNA VANGUARDIA. “Las tareas comunes” del punto 6, “además de las que cada quien tiene según su lucha”, exigen el trabajo de comisiones realmente representativas del “lugar donde se decidió la adhesión”, según el punto 2 de las propuestas de la Comisión Sexta: “pueblo indio, organización política y social, ONG, grupo, colectivo, familia, individuo”. Esto no concreta un Programa Nacional de Lucha, porque como lo ha advertido el Delegado Zero, no parecen tener representatividad equiparable entidades tan diversas cuantitativa y cualitativamente. De aquí el paso necesario después de oír todas las voces, sea el de estructurarlas por problemas económico-políticos tales como:
  • La soberanía como práctica de los trabajadores organizados en procesos productivos concretos y no como administración del Estado.
  • Articulación de esos procesos productivos según procesos nacionales para dar lugar a un orden territorial distinto al republicano.
  • Construcción de proyectos de soberanía popular en materia de energéticos, salud, educación, vivienda y ramas de la producción.
  • Precisión de los límites prácticos de leyes y reglamentos para dar lugar a prácticas con instituciones distintas a las del estado burgués.
  • Precisión internacionalista de relación con movimientos populares especialmente americanos.
  • Las soluciones prácticas tendrán que ser evaluadas periódicamente con el apoyo teórico necesario del desarrollo de las asambleas, los comités y las brigadas. Se trata de poner en práctica la crítica histórica.

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