sábado, 16 de junio de 2007

La nueva Universidad



Conmueven los afanes educativos y filantrópicos de Televisa y asociados. Desde Washington, su presidente anuncia foros educativos en Ecuador y Chile, luego del gran éxito del finalizado en la capital del Imperio con la participación de estudiantes latinos, como llaman por allá a los color café con leche, aunque las cámaras mostraron a jóvenes ataviados como para una recepción elegante. Igual ocurrió en el evento patrocinado por Mayalaud en el Instituto Tecnológico Autónomo de México hace un mes, donde un joven tomó la palabra y al identificarse como estudiante de la UNAM recibió abucheos y chiflidos como respuesta de la masa donde pontificaron a Francis Fukuyama y Enrique Krauze entre otros. El humanismo que iguala a todos en un vago concepto de Hombre o Humanidad para no molestar a las feministas, procura ocultar las diferencias sociales entre seres humanos concretos, es esgrimido por Azcárraga Jean. Pero hay un concepto clave que precisa el propósito principal de la formación de cuadros empresariales: la competitividad.

Si no fuera por los movimientos estudiantiles que por todas partes protestan por la privatización furtiva o abierta de la educación pública, nada quedaría de la solidaridad característica de las universidades modernas, bastiones de la democracia por su autonomía frente al Estado. Esto no es pasado sino felicísimo presente tal como probaron el primero de mayo los contingentes del Instituto Politécnico Nacional, del Colegio de Bachilleres, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, de la Universidad Autónoma Metropolitana, del incipiente sindicato de la Universidad de la Ciudad de México. De ellos, ni una sola nota en las televisoras, ni un solo reportaje, sólo tomas desde el helicóptero de los cierres de avenidas importantes. En cambio, notas en todos los noticieros de Azcárraga Jean inaugurando y luego clausurando los foros donde locutores, cómicos lamentables, figuras de telenovelas y uno que otro intelectual alquilado para la ocasión, desparraman la falsa esperanza del desarrollo, del mercado como motor del progreso, de las inversiones multimillonarias urgidas de reformas de estado. La competitividad ha sustituido a la solidaridad.

Pero no tanto como para liquidar la filantropía. De tiempo atrás, los grandes consorcios han establecido fundaciones para descontar de impuestos supuestos donativos para la salud y la educación y de paso lavar su imagen, dinero y hacerse propaganda. Los maratones y otros eventos semejantes tienen además, un gran poder de convocatoria hasta el punto de que los habitantes de Ciudad Nezahualcoyotl suelen ser celebrados como los donantes que hacen posible superar cada año la cifra reunida el año anterior. Salud y educación dejan de ser así responsabilidad y obligación estatal para en cambio, dar lugar a una aparente amplia participación de ricos y pobres, todos hermanados “solo por ayudar” como llama Lolita Ayala a su fundación que le ganó un reconocimiento de la Asamblea del Distrito Federal con mayoría perredista. Usted sabe, la izquierda moderna está abierta al gran capital, sobre todo si tiene que ver con el poder televisual. De todo esto resulta un camino donde hay que enseñar a los jóvenes a avanzar apoyados por los grandes consorcios como garantes de la competitividad que al rato colocará a México y Latinoamérica entre las regiones más desarrolladas. Lo peor es que lo creen.
Una estrategia de silencios y diversiones infames acompañan este proyecto educativo. Ni un minuto de información dedican las televisoras grandes y chicas a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) que lo mismo surte de petróleo barato de los compañeros del gobierno venezolano, que ejerce el trueque por servicios de alfabetización y salud con espectaculares resultados como los del programa Barrio Adentro donde se hermanan médicos, enfermeras y educadores cubanos, con venezolanos pobres que apoyan luego de vencer prejuicios y amenazas de quienes no toleran ver al pueblo organizado para bien de todos y menos cuando esto tiene dimensión internacionalista. Los mismos que conspiran con cúpulas religiosas reaccionarias, que aceptan apoyos de la CIA o la Fundación para la Democracia, que tramitan apoyos de grandes empresas para la internacional demócrata cristiana desde y con sus riquísimas y carísimas universidades, son los que objetan la ayuda solidaria de pueblo a pueblo. El ninguneo a estos proyectos en marcha, incluso en Michoacán y Oaxaca para alfabetizar y para operar de los ojos a débiles visuales muy pobres, es acompañado por telenovelas y otras idioteces que Acárraga Milmo, el que gustaba de su apodo de El Tigre, destinaba para los jodidos. Comicidad obscena, rutinaria, racista y sexista apenas es aligerada por los personajes de Chespirito, ese propagandista del fanatismo contra el derecho de las mujeres para abortar, el mismo que hace poco, en memoria de la masacre nazi de hace setenta años en Gernika, definió a la pintura de Picasso como caricatura. Esta diversión estupidizante idéntica a sí misma en la repetición de gastadas y redundantes formatos, acompaña a todas horas la vida de los jodidos frente a la televisión abierta. Esta es la educación fuerte que necesita de administradores convencidos de la competitividad y demás fetiches. El vicepresidente de Televisa y su programa donde reúne a sedicentes especialistas que no son otros que los mismos locutores de las televisoras dominantes y de los periódicos subsidiados por el gobierno y financiados por la propaganda empresarial y oficial, fueron premiados por un jurado adecuado del Premio Nacional de Periodismo.

Grave es que el rector de la UNAM vaya y venga para propagandizar sobre todo en España, el proyecto de universidad global. Se trata de establecer acuerdos para permitir estudios e investigaciones abiertos de tal manera que comprometan a universitarios de uno y otro lugar con el patrocinio de consorcios con intereses igual de desparramados. Doctorados y cátedras magistrales, seminarios y ferias van y vienen y el apuesto rector crítica al gobierno de Fox por haber roto el récord de reducción de presupuesto para la investigación científica. Por tanto, sólo queda la ayuda de los grandes consorcios. Tal insistió en el reciente encuentro de Universia, red de universidades americanas, iberoamericanas como gustan decir los hispanófilos colonialistas que albergaron el encuentro en Madrid. Mas de diez mil becas anuales otorga en este proyecto que es suyo, Banco Santander, según informó el presidente de esa banca multinacional, Emilio Botín cuya fama le va en el apellido recientemente citado en fraudes multimillonarios ya olvidados porque se trata de generar empleos no de obstaculizar las inversiones.

Open Course Ware se llama la universidad virtual. Evítese las molestias de convivir con universitarios críticos opositores al neoliberalismo, incorpórese a los cinco millones de usuarios, 40% de Iberoamérica, súmese a las diez mil becas. Movilidad e intercambio de conocimientos son las claves sustentadas por el proyecto Botín difundido y apoyado por el rector de la Fuente sin aval del Consejo Universitario o de otra organización que no sean a las que sirve y que tiene nombres conocidos: ICA, Televisa, Fundación UNAM cuyo personaje emblemático es Jacobo Zabludowski, el mismo enemigo principal del Movimiento del 68 y de sus restos.

Sólo este año le queda como rector a Ramón de la Fuente. Su carrera política está asegurada con los compromisos a los que está sometiendo a la UNAM. Quiere ser presidente de la República y puede serlo porque como nadie más, pasó de su nombramiento como rector espurio desde la Presidencia de la República, a ser figura principal en México, en la educación española y la de los gobiernos neoliberales de América Latina. Lo grave es que no tiene posición universitaria al frente.

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