miércoles, 4 de abril de 2007

Estetica de la lucha



Las grandes movilizaciones populares han dado lugar a poéticas diversas. Civilistas como son, carecen de reflexión crítica apenas insinuada en el opinadero propio de las mesas redondas y el periodismo de ocasión como tiene que ser la replica los sucesos del día sin claridad para el largo plazo. Hay pues, una producción sígnica orientada por la eficacia medida por la aceptación de los militantes repetidores y amplificadores de consignas y signos colocados en el umbral simbólico. Algunos pasan este umbral, pero no lo suficiente para ampliarse a los solidarios, adherentes o espectadores. Tal ocurre, por ejemplo, con la cabeza de Juárez con boina guerrillera señalada por la estrella de cinco puntas, profusamente distribuida en blanco y negro por las calles de Oaxaca y presente en la manta emblemática de la APPO el 2 de octubre. Mejor suerte han corrido los machetes de Atenco y el paliacate rojo compartido con los zapatistas porque tiende a ser utilizado como icono campesino comunitario acompañado por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra con la consigna de ¡La Tierra no se vende, se ama y se defiende!. No tanta buena fortuna ha tenido la canción El Paliacate de Andrés Contreras, a quien le dicen El Chiapaneco por los cantos dedicados a lo que allá ocurre. Hay discos disponibles en los plantones de las canciones oaxaqueñas que no pasarían a la historia por su prosaica rotundidad acompasada por toques elementales de guitarra. Igual aparece Andrés en Atenco que en Oaxaca.

Todo se orienta por el título del libro más reciente de Adolfo Sánchez Vázquez: de la estética de la recepción a la participación. Asombra como desde su estudio, el marxista inclaudicable atina a la raíz de los problemas, luego del derrapón en el Movimiento Estudiantil donde él y otros eminentes doctores quisieron poner fin a la huelga más larga en la UNAM. Francisco Toledo da ejemplo al proponer no sólo formas de producción sino de circulación y reproducción social. Hay que ver el respetado IAGO (Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca) sin una sola pinta, con estudios en la biblioteca especializada en arte y estética, con la exposición en turno, todo el tiempo visitada, con el patio sombreado por bugambilias, con gente leyendo los periódicos del día o en juntas organizativas y en un cuarto discreto, la APPO con él presente y vigilante de todo, incluyendo la defensa del patrimonio nacional, el apoyo a centros culturales y a ediciones en lenguas indígenas y en español. Jesusa Rodríguez ha ganado el cargo de animadora oficial del lopezobaradorismo, lo mismo desde el templete y con el micrófono desde donde dice lo que hay que gritar, aplaudir y chiflar, que en los performances más o menos semanales. Unos son tan panfletarios con las urgencias del día, tal como ocurrió el domingo 1º de octubre en el Hemiciclo a Juárez con los disfraces de Salinas, Fox , el Cardenal Rivera, Calderón, Martita, para responder a las preguntas de los periodistas nacional y extranjeros. Otros actos, en especial el de Walmart, siguen el sentido propuesto por Augusto Boal (1956-1971 Teatro de Arena de Sao Paulo sistematizado en 1974) en su Estética del Oprimido: entrar al autoservicio, llenar los carros con mercancía contaminante, desacomodar estantes, copar las cajas, gritar consignas, desplegar pancartas, discutir con la seguridad y los inconformes, en esa ocasión como si hubieran sido preparados: un excubano fugado clamando porque no se destruya la libertad de expresión en México, con actos contestatarios. Tras todo esto, exige denunciar al duopolio televisual con el agregado reciente del Canal 40 de Vázquez Raña donde el recurso para ganar auditorio es un noticiero desinformador en extremo y programas conducidos por personajes como Muñoz Ledo. La denuncia no toca, con Jesusa y sus huestes, a la aprobación de la Ley Televisa con los perredistas que pretextaron una distracción para sumarse a la casi unanimidad de quienes no osan pelear con el medio que exalta o hunde, ignora o atiende según la maniobra de distracción de la temporada. Las movilizaciones frente a Televisa, la acumulación de televisores frente a ella, generalizan la protesta y no han superado la consecuencia organizada de la interrupción del monólogo de Adal Ramones con la consigna Sufragio efectivo, no imposición, hasta conseguir el corte una vez que el payasito no pudo reducir a bailecito cantado el acto, ni fue escuchado su llamado al respeto, ese que él sistemáticamente ignora. Luego se supo del operativo organizado desde la entrada individual hasta el grito y la retirada. No volverá a repetirse. El performance alcanzó su punto más alto al afectar al mayor poder desinformativo frente a millones de sorprendidos por la interrupción de un monólogo, acto profundo de rechazo a la incomunicación por vía de los mensajes autoritarios emitidos desde el medio que no permite respuesta ni teléfono abierto, ni reclamación justa.

De aquí la importancia de la comunicación comunitaria ejercida por la APPO con la consiguiente represión al arrojar ácido a la consola de Radio Universidad mientras ardía un autobús en su entrada con la típica maniobra paramilitar de distracción. La consiguiente toma del Canal 9 de la Corporación de Radio y Televisión de Oaxaca, cortó temporalmente el uso faccioso del medio por el gobierno de Ulises Ruiz hasta la balacera que cortó la antena. Las estaciones La Ley y Oro con teléfono abierto para saber como van las movilizaciones. Radio Plantón, desde la Sección 22 del SNTE, de tiempo atrás, unos cuatro años, mantiene una programación progresista, con participación efectiva de todo el que quiera y con enlaces con Canadá, Estados Unidos, Brasil y Francia. Quizá esto explica, con el trabajo de los corresponsales extranjeros, que Al Jazeera esté informado sobre Oaxaca desde Irak.

Ofelia Medina al frente de Mujeres sin Miedo está un paso delante de los eventos artísticos porque está en los plantones de Atento y organiza lecturas con voces tan importantes como la de Marta Aura o Selma Beraud y Frascesca Guillen. Menos participante, Ana Colchero ha disminuido su sola presencia al transformarse en escritora. Les reprochan su poder de atracción de fotógrafos y reporteros, pero hay quien reconoce esa convocatoria puesta al servicio de las causas del EZLN, del FPDT, de la Otra Campaña, de la APPO.

La producción visual ha ganado en calidad a raíz del Movimiento Estudiantil del principio de siglo. Las plantillas son excelentes abstracciones de imágenes elocuentes con obligadas consignas sintéticas, los cárteles también muestran diseños de alta calidad, a veces con fotos bellas de América del Valle, de su padre Ignacio y Felipe Alvarez, de Juárez guerrillero, de la compañera mazahua Magdalena García, del mártir Alexis Benhumea. Más las firmas que la calidad, se valoró en los carteles hechos por los famosos para exhibirse en la Alameda y ser rasgados por bárbaros panistas para convocar la solidaridad de quienes fueron a remendarlos de inmediato. He aquí la participación en este caso desbordante de la rutina de los artistas. Con la misma intención transgresora, ha marchado la plataforma móvil donde canta Francisco Barrios el Mastuerzo, mientras pintan León Chávez Teixeiro, Iseo Noyola y otros. Sin reflectores ni reportajes, este sólido núcleo de artistas populares trabajan como Rama, el legendario trabajador de la cultura de Ciudad Nezahualcóyotl, quien desde las primeras movilizaciones del EZLN, ha construido figuras de héroes como Morelos e Hidalgo para insertarlas en las movilizaciones. El 2 de octubre, él mismo portaba un Fox de frente de cuyo trasero salía Calderón. Alguna vez sorprendió con un contingente de zapatistas embrazados por los manifestantes de tal modo de hacer verlos integrados a un contingente. Es este el mismo sentido de la representación de la masacre del 2 de octubre, realizada el día anterior por el Laboratorio de Teatro Campesino de Alicia García Medrano en Tlatelolco. Cientos de jóvenes voluntarios fueron atacados por soldados con traje de camuflaje para no ofender al sacrosanto uniforme verde olivo. Terminaron levantando a los muertos con la V de la victoria en alto en acto simbólico que impide la muerte inútil de los masacrados, esos exaltados en el poema Yo acuso de Leopoldo Ayala una vez más leído en la Plaza al culminar la marcha conmemorativa en el Zócalo.

Hay una masa de signos, símbolos y señales desatendida por historiadores, críticos y teóricos de la estética porque creen que sólo vale lo de los museos, las galerías y las bienales. ¡Lástima que el civilismo y el oportunismo impidan el registro ordenado de tanto trabajo expresivo, comunicante y transgresor! El ocasionismo que tanto lamentaba Rini Templeton a quien homenajearemos el sábado 14 de octubre en la Feria del Libro de la Ciudad de México dedicada en especial a Los Angeles y La Habana, sigue siendo un límite histórico de la memoria. Por lo pronto, no han cumplido el Gobierno del D.F. y la UNAM en la apertura de la antigua Secretaría de Relaciones Exteriores en Tlatelolco como casa de cultura con un centro dedicado a la colección del Comité del 68.

No hay comentarios: