miércoles, 4 de abril de 2007

Disuadir


Desde el Colegio Militar y entre soldados, oficiales de alto rango, la guardia del Estado Mayor Presidencial y unos cuantos civiles, el señor Presidente habló de democracia y unidad nacional en el inicio y clausura de cursos del lugar donde el Secretario de la Defensa afirmó la lealtad de las fuerzas armadas con un llamado contra los que “dividen y separan”. A la par de las palabras, los uniformes, los espacios ocupados por los militares y el tono enérgico de los discursos en un acto de impecable orden militar, integran un mensaje intimidatorio claro. Las fuerzas armadas son la última instancia del poder del Estado, poseedor exclusivo de la violencia histórica. Con este sentido más allá de las palabras. La resistencia civil y pacífica en cualquiera de sus modalidades, es violenta porque critica a las instituciones y por tanto, debe ser reprimida para la paz social. Más claro ni Pinochet en 1973 o Bush en Camp David.

El operativo de disuasión está en marcha y el 1º de septiembre fue su Día D. A las 7 y pico de la mañana, las dos granadas en el vestíbulo del Diario POR ESTO. La posterior detención del antropólogo Ricardo Delfín Quesada Domínguez cuando regresaba de sus tareas académicas en Chiapas. El menos digno de sospecha de todos los colaboradores de POR ESTO el 1º de septiembre, resultó identificado por un policía como uno de los autores del atentado. La tradición represora es antigua porque por órdenes superiores, hay policías, soldados y guardias de seguridad dispuestos a atestiguar lo que se les ordene, todo por amor a la Patria y en defensa del Estado.
Desde la madrugada, el D.F., estuvo en estado de sitio en retenes en la entrada por Toluca, por Puebla, en los rumbos de Tláhuac donde están los campamentos del Frente Popular Francisco Villa. Suspendido el libre tránsito, la revisión de mochilas y bolsas y la exigencia de identificación a los sospechosos, no impidieron la formación de contingentes en busca del Zócalo donde la Asamblea decidiría si habría que llegar a la Cámara de Diputados. Esto resultaba imposible desde hacía diez días con vallas alambradas, policía montada y a pie cubriendo 90 manzanas a la redonda, además de las tanquetas disuasivas con cañones acuáticos en los alrededores que impedían el libre tránsito aún a los pobres habitantes de por ahí. Racistas con esmerada formación militar discriminatoria, impidieron el uso de los pasos peatonales a los más pobres, más prietos y mas panzones. Los otros se cuidaron bien de llevar credenciales, evitar los bultos y responder humildes a las preguntas de los responsables uniformados del resguardo solicitado por la Mesa Directiva de la Cámara presidida por un panista.

Al medio día la Asamblea Ciudadana en el Zócalo recibió la instrucción de no ir a la Cámara porque ni se podía llegar. La Asamblea que no lo es porque es reunión en espera de las instrucciones superiores, no fue tan disuasiva y hubo contingentes pequeños que toparon ya no con vallas metálicas, sino con un muro de acero con ventanilla alambrada a la altura del rostro. Fue ridículo el intento de mover siquiera los pesados paneles de tres metros de altura o el intento de sopletear con el spray de una pintura grafitera la pequeña ventana y apenas alguien pudo pintar algo.

Pero la ocupación perredista y de los del Partido del Trabajo mirados desde sus curules por los cautos de Convergencia, fue la sorpresa del día hasta forzar un receso que nunca se terminó, con dos o tres llamados al orden del pobre panista que se quedó con las ganas de responder. El drogado presidente reprimido desde hace un mes en sus imprudentes comentarios para en cambio, acostumbrarlo a leer los discursillos preparados por su más que vocero, el experimentado asesor mercenario capaz de traicionar a la Revolución Popular Salvadoreña y cuantimás a la Mexicana ya tan vetusta. Todo por la ley y el orden, la democracia, la paz, la unidad nacional. En la noche el regocijo popular y el mensaje por la televisión, territorio seguro para los gerentes de la Presidencia y el PAN. (Al preparar el homenaje a Juan de la Cabada, a 20 años de su muerte, del domingo pasado, topé con una excelente descripción sintética de Gonzalo Martré del festivo comunista en la introducción de 13 Rojo, un libro de cuentos y poemas ilustrado por Leticia Ocharán editado en 1983 en Cuba, donde hay un cuento premonitorio de René Avilés sobre la televisión como recurso de la democracia para la Iglesia que ampliaría las curas milagrosas a todos los televidentes. El cuento se llama Milagros televisados. Ni más ni menos). Otra vez, el señor Presidente impertérrito con rostro ausente y palabras optimistas sobre Foxilandia.

En las peseras del transporte público los comentarios: Evo Morales y Chávez están mandando armas a López Obrador y ya se vió en Oaxaca el comando guerrillero repartiendo propaganda en un retén. Por tanto, el repudio en los carteles de las marchas. Aunque las tanquetas de cartón de los cañones de agua con svásticas de identificación, acompañaron al plantón y la asamblea dominical del Zócalo. Es triste la descalificación civilista a quienes objetan la exclusividad de la violencia en el Estado y a su manera plantean el ejercicio pleno de la soberanía popular.
La disuasión seguirá su marcha con el dictamen previsible del Tribunal Federal Electoral y de aquí a diciembre más de lo mismo que ya empezó con la ratificación de 176 órdenes de aprehensión para los del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra con sus 26 presos. Ni al juez de Toluca ni a la Suprema Corte de ¿Justicia? le bastaron los testimonios de las violadas, los de los tres policías participantes en la masacre del 3 de mayo en Atenco, la brutalidad de los secuestros, los golpeados y encarcelados como el parapléjico encadenado a la cama del hospital, igual que el profesor Nube de Oaxaca. La comisión negociadora de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, liberó dos calles principales de Oaxaca y una carretera, en señal de buena voluntad, sin que haya señales de la del gobierno, el federal y el local. La disuasión no abate la resistencia pero sí la acorrala, la intimida, aunque los municipios liberados acrecientan su poder y en San Blas Atempa ya gobiernan por usos y costumbres con el tequio y el consenso de la asamblea donde no cabe el mayoriteo y que decidió impedir el traslado de poderes a Juchitán. Basta de góber preciosos.

Ni POR ESTO! deja la denuncia del mal gobierno y sus complicidades delincuenciales, ni la APPO se desmantela, ni la Alianza por el Bien de Todos se desintegra pese a las presiones de dentro y de afuera, ni la Otra Campaña deja de promover reuniones de construcción del Plan Nacional de Lucha. El poder popular está en marcha pese a la histeria de los expertos televisuales y los conductores de noticieros desinformativos.

De aquí al 1º de diciembre, las definiciones son claras: de un lado el poder popular en construcción y del otro, la dictadura de los gerentes trasnacionales y antinacionales. Hora es de definir de que lado se está. POR ESTO! ya lo hizo de tiempo atrás.

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